Hay un lugar en Asturias donde se juntan la mar y la mina. Se trata de la primera mina submarina de Europa.
Está en la playa de Arnao, en el concejo de Castrillón. La mina funcionó entre 1834 y 1915. Fue la primera mina de carbón submarina de extracción vertical de España. Pertenecía a la Real Compañía Asturiana de Minas, empresa con gran parte de su capital belga. Más tarde pasó a formar parte de la Asturiana de Zinc.
Ya tenemos noticias de la explotación de esta mina en el siglo XVI cuando un vecino de Naveces encontró una extraña piedra negra. Pidió al rey permiso para su explotación. Y así empezó todo.
Al principio cuando empezó oficialmente su explotación industrial en 1833 llegó a haber hasta 250 mineros. AL rededor de la mina se creó en Arnao una infraestructura para facilitarle la vida a los mineros y a sus familias. Se crearon, escuelas, viviendas, economatos, casino… Todo un entorno urbanístico. La construcción en 1853 justo al lado de la fábrica Asturiana de Zinc hizo de Arnao un lugar de gran actividad. Pero cuando la mina estaba en plena actividad empezaron a inundarse las galerías en 1915 y por ello decidieron cerrarla definitivamente.
Nada más llegar a la playa podemos divisar el curioso castillete de la mina que es una pieza arquitectónica singular y única construido en 1855. El castillete está declarado bien de interés cultural.
Hoy allí se puede visitar el Museo de la mina de Arnao como uno de los conjuntos de patrimonio minero más emblemáticos de España. Podemos incluso bajar a las galerías. Merece la pena hacer el recorrido de sus galerías sintiendo el ambiente real de la mina primitiva.
Además de la mina podemos pasear por la playa y ver aún fósiles de la época Devónica. Esta playa es una reserva geológica de gran riqueza. En sus acantilados se encuentran yacimientos de fósiles del Devónico más importantes de Europa. Huellas de animales y plantas que vivieron aquí hace 400 millones de años.